sábado, 19 de junio de 2010

Cuento Junio

Solamente tenía diez años,solo diez, cuando vinieron a buscarme a mi casa.Eran del servicio militar,estábamos en guerra y andaban escasos de hombres.
La norma era que fuera un hombre por familia y mi padre murió poco antes de nacer yo y hermanos no tenía,solo hermanas.
Pasé dos horas en una caminoneta con otros tres hombres.No sabia a dónde me llevaban, tan solo era un niño que pensaba en jugar y divertirse.
Cuando llegamos,lo primero que hicieron fue darnos un arma y cambiarnos de ropa.Yo no entendía nada aunque poco a poco lo fuí comprendiendo.
Nos asignaron una habitación donde dormíamos dieciocho hombres, los cuales yo era el mas pequeño,aunque había jóvenes de quince y dieciséis.
Nos levantábamos todos los días a las seis, desayunabamos y hacíamos entrenamientos muy duros y, a las diez,a la cama, aunque antes nos daban un cacho de pan.Esa era nuestra rutina.
Pasaron muy rápido los años, ya tenía trece.
Una noche mientras dormíamos entró el general y con voz fuerte dijo que ya había llegado el momento, que estábamos preparados y que partiríamos al amanecer.
El general nos dio las ordenes:debíamos arrasar un pueblo enemigo,yo no lo vi muy coherente,pero tan solo era un crío y debía obedecer.
Ya casi llegábamos al pueblo.Desde lejos se veía que no era muy grande,tenía apenas casas, una pequeña iglesia y un mercado que era el centro.
Cuando llegamos, se empezó el horror, mis compañeros mataban a los niños,mujeres,quemaban las casas.Eso era un infierno.
Nunca había hecho eso y tampoco quería.
De repente un compañero me dijo:
-¡Eh!,Tú, ¿Qué haces ahí? Empieza o avisaré al general.
Yo balbucee.No sabía que decir,pero quizás el orgullo me pudo y,sin piedad,pequé un tiro,que mato a una niña.
Me daba asco de mí mismo.Entonces cogía el arma y disparé al compañero que me dijo eso.
Mis compañeros me vieron, uno dijo:
-¿Qué haces?
-Lo que debí hacer hace tiempo-Dije.
Entonces salí corriendo y ellos detrás de mí.Yo era más rápido que ellos y tenía ventaja.Llegué hasta un monte dónde descansé en una piedra.
Miré el arma y comprendí que no merecía la pena y la cogí y me pequé un tiro.

sábado, 12 de junio de 2010

Cuento de Mayo

Vivía en un chalet, con un precioso jardin y una gran piscina.Me pagaban un buen sueldo, y la vida parecía sonrirme.
No tenía ni mujer ni hijos porque me gustaba estar solo.
Un día me llegó una carta del banco.Me sorprendí ya que ya habia pagado las facturas del mes.
La abrí y me llevé una gran sorpresa ya que ponía que debía pagar una gran cantidad de dinero y si no lo pagaba en tres días, me enbargaban.
Como yo me temía,me enbargaron,porque yo tenía dinero, pero no tanto.
Estaba seguro de que era una equivocación del banco.
Yo no tenía ningun sitio dónde ir, ya que no tenía familia.
Decidí hacer una huelga de hambre así que me puse en la puerta, con un vaso y una pequeña pancarta.
Pasaron cuarenta días, nadie me hizo caso. Estuve apunto de abandonar y ganarme la vida como fuera, pero encontré un perro abandonado que me ayudó a seguir.
Ya habían pasado cien días y conseguí que el banco revisara las facturas, me devolvieron la casa, el dinero y mi trabajo.
Había aprendido mucho de este contratiempo, pero lo mejor es que había ganado un amigo.